
Publicado en el Dobladillo (Revista impresa de Ctxt en Diciembre 2017 en un especial dedicado a los ilustradores como comentario a esta viñeta)
Desechos, cascotes, despojos, restos.
Chatarra, desperdicios, escombros.
Y cada mañana hay que recomenzar.
Ruinas industriales, despojos del consumo, apocalipsis urbano. Escombros de la clase obrera, cascotes del trabajo, naufragio de la historia, un milenio que termina. Ruinas de una misma, ruinas del Estado.
Fantasmagorías televisadas, sueños fugaces, deseos ruinosos. Falacias de las identidades, cultura al peso, bites espectrales. Postverdad. Certezas sin hueso. Dadme un relato y moveré el mundo.
Ruinas de una misma y de la historia.
Demasiadas ruinas, cascotes, despojos, restos.
Y sin embargo, hay que seguir caminando sobre ellos. Quizás la única manera de restarle al miedo es construir sobre la arena, “como si fuese piedra”, con la tenacidad de las que han sido derrotadas. Contra aquellos que enuncian que ya nada es posible, que está echada la suerte, que no queda sino dejarnos vivir. Porque no hay ninguna derrota definitiva ni que imposibilite seguir intentándolo.
Probemos que siempre hay alguien, que somos muchas, que cada vez más. Desde las propias cenizas, convertirse “una misma” en un “nosotras” que regresa de las ruinas de la historia para volver a intentarlo todo. Una y otra vez.